Santo Remedio para la escena
A diferencia de sus colegas de los circuitos comercial y oficial de la ciudad, la Asociación Argentina de Teatro Independiente no suspendió las obras de su cartelera, sino que dejó la decisión a criterio de cada sala. Implementan medidas preventivas contra la gripe A.
El teatro independiente se puso el barbijo, pero no dejará de ofrecer sus espectáculos. Esta semana la Asociación Argentina de Teatro Independiente (Artei), que nuclea a unas 70 salas porteñas, realizó una asamblea y, a diferencia de los escenarios de los circuitos comercial y oficial de la ciudad, no dispuso suspensiones de las obras de su cartelera, sino que delegó esa responsabilidad a las compañías y responsables de cada espacio. En diálogo con Página/12, la presidenta de Artei, Liliana Weimar, explicó que “se ha dejado libertad de criterio a cada sala”, aunque se “continúa recomendando que se tomen las medidas preventivas que son de público conocimiento: alcohol en gel en las boleterías y la limpieza a fondo de las butacas y los baños”, entre otras precauciones.
Si bien el fin de semana pasado fue determinante –sobre todo por la notoria disminución del público– para que se produjera una catarata de bajas y reprogramaciones, la mayoría de los teatros independientes no parece haber sufrido en la caja registradora los números rojos de la pandemia. De hecho, Weimar, que además es una de las responsables del Abasto Social Club, cuenta que el viernes, sábado y domingo pasados “algunos teatros llenaron”. Pero, según aclara, en los casos en que se ha decidido suspender las actividades poco tuvo que ver el grado de asistencia a estos espacios, para algunos presuntamente favorecidos por la suspensión de la oferta mainstream. “Las salas independientes trabajan con directores y dramaturgos que tienen su público. No creo que quien usualmente vaya a ver un espectáculo de revista elija suplantarlo con una obra de nuestras salas”, subrayó. Además, es preciso tener en cuenta que un “lleno” en El Camarín de Las Musas no es lo mismo que otro en el Gran Rex: los teatros independientes promedian las 70 butacas.
Hasta el momento, entre las salas que nuclea la Artei, Anfitrión, ElKafka, Celcit y Abasto Social Club ya confirmaron que no ofrecerán obras durante el próximo fin de semana. Sí lo harán, entre otras, Beckett Teatro (que aún cuenta con Angelito Pena, de Julio Chávez), Sportivo Teatral (donde continúa La pesca, con dirección de Ricardo Bartís y actuación de Luis Machín), Belisario, Boedo XXI, Astrolabio, El Excéntrico de la 18º, El Portón de Sánchez, El Camarín de las Musas, El Piccolino, IFT, Vera Vera y La Scala de San Telmo. Pero habrá que estar atento antes de salir de casa hacia cualquier lado: lo que ahora figura en la agenda cultural y artística para hoy puede haberse bajado hace apenas unos minutos. Así de cambiante está el panorama. En especial, el de los pocos establecimientos que aún ofrecen espectáculos infantiles.
Es que los niños han sido los más perjudicados por la impronta porcina, amén de quien aún crea que el receso devino en un alargue de las vacaciones de invierno. Vale recordar tan sólo algunas de las obras que continúan suspendidas, para que el padre despistado no le ande prometiendo al niño llevarlo a una que ni siquiera está disponible, como Playa bonita (Teatro La Comedia), La linterna mágica (Ciudad Cultural Konex), Canciones a upa (Auditorio Cendas), Aventuras en el Laboratoons (Velma Café) y La Pipetuá (Metropolitan 2). Si a esto se le suma el cierre de cibers y la paranoia de los padres que no festejan los cumpleaños de los hijos por temor al contagio, será una excelente oportunidad para terminar de enseñarles a los pequeños a jugar ajedrez, tarea que habrá quedado pendiente del sábado pasado.
Volviendo sobre la pista de los teatros, a comienzos de esta semana el circuito oficial ya había cancelado su programación. Tanto espectáculos como actividades artísticas del Teatro Nacional Cervantes se encuentran suspendidos hasta el 3 de agosto y el Ministerio de Cultura de la ciudad dispuso el lunes pasado lo mismo para todas las funciones teatrales previstas en los establecimientos porteños, no así la de otras actividades como muestras y exposiciones. “Hasta nuevo aviso”, repiten los carteles que decoran las puertas de estos teatros. Por el lado de la escena comercial, la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet), que agrupa a 107 productores, anunció a comienzo de semana la suspensión de las actividades, “más por un hecho artístico que sanitario”, según expresó el empresario Carlos Rottenberg. “Aunque el control sanitario indica que podemos tener las salas abiertas, nuestra actividad necesita de la presencia del público en vivo”, se explayó.
Los cines no fueron la excepción en las medidas implementadas para el mundo del espectáculo por el avance de la gripe A (H1N1). Exhibidores y distribuidores resolvieron no levantar las películas ya estrenadas, pero sí planificar una reprogramación de las que debían estrenarse en lo sucesivo. A tanta enfermedad, se hace saludable ver el vaso medio lleno de la cuestión: desde hace al menos dos semanas desaparecieron las filas interminables. Salvo en las farmacias.
El teatro independiente se puso el barbijo, pero no dejará de ofrecer sus espectáculos. Esta semana la Asociación Argentina de Teatro Independiente (Artei), que nuclea a unas 70 salas porteñas, realizó una asamblea y, a diferencia de los escenarios de los circuitos comercial y oficial de la ciudad, no dispuso suspensiones de las obras de su cartelera, sino que delegó esa responsabilidad a las compañías y responsables de cada espacio. En diálogo con Página/12, la presidenta de Artei, Liliana Weimar, explicó que “se ha dejado libertad de criterio a cada sala”, aunque se “continúa recomendando que se tomen las medidas preventivas que son de público conocimiento: alcohol en gel en las boleterías y la limpieza a fondo de las butacas y los baños”, entre otras precauciones.
Si bien el fin de semana pasado fue determinante –sobre todo por la notoria disminución del público– para que se produjera una catarata de bajas y reprogramaciones, la mayoría de los teatros independientes no parece haber sufrido en la caja registradora los números rojos de la pandemia. De hecho, Weimar, que además es una de las responsables del Abasto Social Club, cuenta que el viernes, sábado y domingo pasados “algunos teatros llenaron”. Pero, según aclara, en los casos en que se ha decidido suspender las actividades poco tuvo que ver el grado de asistencia a estos espacios, para algunos presuntamente favorecidos por la suspensión de la oferta mainstream. “Las salas independientes trabajan con directores y dramaturgos que tienen su público. No creo que quien usualmente vaya a ver un espectáculo de revista elija suplantarlo con una obra de nuestras salas”, subrayó. Además, es preciso tener en cuenta que un “lleno” en El Camarín de Las Musas no es lo mismo que otro en el Gran Rex: los teatros independientes promedian las 70 butacas.
Hasta el momento, entre las salas que nuclea la Artei, Anfitrión, ElKafka, Celcit y Abasto Social Club ya confirmaron que no ofrecerán obras durante el próximo fin de semana. Sí lo harán, entre otras, Beckett Teatro (que aún cuenta con Angelito Pena, de Julio Chávez), Sportivo Teatral (donde continúa La pesca, con dirección de Ricardo Bartís y actuación de Luis Machín), Belisario, Boedo XXI, Astrolabio, El Excéntrico de la 18º, El Portón de Sánchez, El Camarín de las Musas, El Piccolino, IFT, Vera Vera y La Scala de San Telmo. Pero habrá que estar atento antes de salir de casa hacia cualquier lado: lo que ahora figura en la agenda cultural y artística para hoy puede haberse bajado hace apenas unos minutos. Así de cambiante está el panorama. En especial, el de los pocos establecimientos que aún ofrecen espectáculos infantiles.
Es que los niños han sido los más perjudicados por la impronta porcina, amén de quien aún crea que el receso devino en un alargue de las vacaciones de invierno. Vale recordar tan sólo algunas de las obras que continúan suspendidas, para que el padre despistado no le ande prometiendo al niño llevarlo a una que ni siquiera está disponible, como Playa bonita (Teatro La Comedia), La linterna mágica (Ciudad Cultural Konex), Canciones a upa (Auditorio Cendas), Aventuras en el Laboratoons (Velma Café) y La Pipetuá (Metropolitan 2). Si a esto se le suma el cierre de cibers y la paranoia de los padres que no festejan los cumpleaños de los hijos por temor al contagio, será una excelente oportunidad para terminar de enseñarles a los pequeños a jugar ajedrez, tarea que habrá quedado pendiente del sábado pasado.
Volviendo sobre la pista de los teatros, a comienzos de esta semana el circuito oficial ya había cancelado su programación. Tanto espectáculos como actividades artísticas del Teatro Nacional Cervantes se encuentran suspendidos hasta el 3 de agosto y el Ministerio de Cultura de la ciudad dispuso el lunes pasado lo mismo para todas las funciones teatrales previstas en los establecimientos porteños, no así la de otras actividades como muestras y exposiciones. “Hasta nuevo aviso”, repiten los carteles que decoran las puertas de estos teatros. Por el lado de la escena comercial, la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet), que agrupa a 107 productores, anunció a comienzo de semana la suspensión de las actividades, “más por un hecho artístico que sanitario”, según expresó el empresario Carlos Rottenberg. “Aunque el control sanitario indica que podemos tener las salas abiertas, nuestra actividad necesita de la presencia del público en vivo”, se explayó.
Los cines no fueron la excepción en las medidas implementadas para el mundo del espectáculo por el avance de la gripe A (H1N1). Exhibidores y distribuidores resolvieron no levantar las películas ya estrenadas, pero sí planificar una reprogramación de las que debían estrenarse en lo sucesivo. A tanta enfermedad, se hace saludable ver el vaso medio lleno de la cuestión: desde hace al menos dos semanas desaparecieron las filas interminables. Salvo en las farmacias.
Informe: Facundo Gari
Fuente: Página 12 y blogteatrolaplata.blogspot.com
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