Sabor a Freud de José Pablo Feinmann
Con Germán Pérez y Nathalia Brunetti
Actor invitado: José Luis Navone
Escenografía: Nadia Krowicki
Diseño de Iluminación: J. Adaro / Mecio
Dirección: Elbio Mellado
Funciones: Viernes 9 y Sábado 10 de Abril - 22:00 hs
Esta obra, que muestra la relación de una paciente con su psicoanalista, parece transitar para encontrar la respuesta a una pregunta: Qué tendrá que ver el psicoanálisis con el bolero ¿?…
Es que quedan al descubierto los puntos de contraste entre el mundo pasional encarnado en el bolero y el complejo mundo del psicoanálisis (genialidad de Freud, su creador) a través de esta paciente que transita por la vida cargando con “su doble personalidad”… Y este psicoanalista, que… carga con lo suyo… Como en un juego, se entremezclan y luchan la pasión desmedida, lo irracional, lo místico con los valores de la razón científica
Con mucho humor se muestra una paciente esquizofrénica, deseosa de lanzarse a la vida dando rienda suelta a su capacidad de amar sin tapujos, sin preconceptos y prejuicios. Y también a un psicoanalista que, en el transcurrir de las sesiones, nos devela sus propias pasiones más intimas y alguna “edípica problemática“… todavía latiendo.
Descubrimos aquí que el bolero no tiene términos medio, no tiene grises. Es puro amor u odio extremo…
… Es tan grande mi amor, que no alcanza todo el universo para contenerlo ¡¡¡… Te odio tanto, que mi odio calcinaría el mismísimo infierno ¡¡¡…
Descubrimos aquí, que el filósofo Hegel tenía razón cuando afirmaba:
"Nada grande se ha hecho en el mundo, sin una gran pasión."
Y que ni Pascal imaginaba que iba a sembrar la primera semilla del bolero cuando decía:
“El corazón tiene razones que la razón no entiende”.
Esta bella creación de José Pablo Feinmann es intensamente humorística e ingeniosa y nos muestra un juego que invita a la sorpresa ante el cambio de roles de los personajes y a la risa franca de los espectadores en cada una de sus situaciones.
Es que quedan al descubierto los puntos de contraste entre el mundo pasional encarnado en el bolero y el complejo mundo del psicoanálisis (genialidad de Freud, su creador) a través de esta paciente que transita por la vida cargando con “su doble personalidad”… Y este psicoanalista, que… carga con lo suyo… Como en un juego, se entremezclan y luchan la pasión desmedida, lo irracional, lo místico con los valores de la razón científica
Con mucho humor se muestra una paciente esquizofrénica, deseosa de lanzarse a la vida dando rienda suelta a su capacidad de amar sin tapujos, sin preconceptos y prejuicios. Y también a un psicoanalista que, en el transcurrir de las sesiones, nos devela sus propias pasiones más intimas y alguna “edípica problemática“… todavía latiendo.
Descubrimos aquí que el bolero no tiene términos medio, no tiene grises. Es puro amor u odio extremo…
… Es tan grande mi amor, que no alcanza todo el universo para contenerlo ¡¡¡… Te odio tanto, que mi odio calcinaría el mismísimo infierno ¡¡¡…
Descubrimos aquí, que el filósofo Hegel tenía razón cuando afirmaba:
"Nada grande se ha hecho en el mundo, sin una gran pasión."
Y que ni Pascal imaginaba que iba a sembrar la primera semilla del bolero cuando decía:
“El corazón tiene razones que la razón no entiende”.
Esta bella creación de José Pablo Feinmann es intensamente humorística e ingeniosa y nos muestra un juego que invita a la sorpresa ante el cambio de roles de los personajes y a la risa franca de los espectadores en cada una de sus situaciones.
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